Visita a Narbonne, la ciudad con un Horreum bajo la ciudad de bastante tamaño e interesante por ser subterráneo. Se encontró hace menos de 40 años, y está bastante bien conservado, aunque carece de apenas restos relevantes que no sean sus muros. Interesante igualmente el palacio del Arzobispo y el museo de la
En Bèziers gustó la ciudad y su posición (en lo alto de una cima, con unas vistas preciosas alrededor). Comimos en un turco en el que el té a la menta no pudo faltar. En Turquía comentó Michel que tradicionalmente se beben tres vasos de té. El primer vaso debe ser amargo como la vida, el segundo, el dulce como el amor, el tercero es el suave, como la muerte.

Por cierto, que sepáis que Vic está en Barcelona :-).

El sábado lo dedicamos a visitar la zona bajo-pirenáica: castillos de Arques y Quèribus (preciosos) en medio de un área dedicada de manera íntegra al cultivo de la vid para vino. Pasamos al volver otra vez por la Abadía de Fontfreude (preciosa por fuera, porque entrar no pudimos entrar).
En Montpellier estuvimos de chiripa y sólo una tarde: lástima porque la ciudad tiene tela, y si no mirad el adjunto.

El mejor adorno de Montpellier es el famoso y elevado paseo del Peyrou (el parque en el que estuvimos), construido en tiempo de Luis XIV en la cabecera del vistoso acueducto que trae el agua del consumo de la ciudad.Es un estructura de más de 20 metros de altura y casi mil metros de longitud que transportaba antiguamente el agua hasta la torre.

Tiene hasta un mikvet, un baño judío, cosa difícil de ver en una Europa que tras siglos y siglos de progroms apenas ha dejado  cuatro o cinco con cierta antigüedad en pie.
Los gastos fueron bajos: en mi caso 253 euros, resultado de sumar lo destinado al fondo para alojamiento+transporte+gastos comunes en comida (161 €) más todos los gastos de comidas y demás.
Hotel Le Mas Pierrot (2*)
75,4€/día x furgoneta Citroen Jumper